Fernando Filgueiras estuvo de festejo el lunes. Se cumplieron cinco años desde que volvió a nacer, como él dice. Ese día, el 16 de junio de 2009, casi se mata en un accidente en la autopista Tucumán-Famaillá, a la altura de El Ceibal. Viajaba, como todos los días, para cumplir con su trabajo en el Centro Judicial Concepción.
Con él iban otros tres funcionarios judiciales. La niebla, la oscuridad y el humo le tendieron una trampa y chocó contra un colectivo. Gracias a una maniobra que hizo a tiempo, no terminaron debajo de ese vehículo.
Filgueiras, que desde hace 10 años trabaja en La Perla del Sur, quedó muy afectado por el choque. Volvió a las rutas, pero en colectivo, hasta que decidió hacer un gran cambio en su vida: mudarse a Concepción junto a su familia. Fue después de enterarse de que su esposa estaba embarazada de su tercer hijo. “Analizando la situación, descubrí que perdía 33 días al año viajando. Son más de tres horas por día: 1:45 de ida y 1:45 de vuelta. Ya no podía seguir pensando que tal vez no llegaba con vida a casa”, relata.
“Además, no sólo estaba expuesto a los accidentes, también a los cortes de ruta. Eso me ponía de muy malhumor”, detalla el letrado, de 43 años. Hace tres años que se mudó. Y este es su balance: “ahora estoy cerca de mi familia y comparto más cosas con ellos. Aquí la vida es más tranquila. Nos adaptamos rápido, es una linda ciudad. Estoy más cómodo y hasta físicamente me siento mejor. Antes me despertaba a las 4.30 para llegar a tiempo y estaba agotadísimo. Sí me costó dejar mis amigos en la capital, pero nos adaptamos bien. Mi esposa, que es abogada, empezó a trabajar aquí y estamos felices. Mis hijos pueden tener una vida más tranquila, jugar en la vereda, porque no hay tantos peligros como en la capital. Por supuesto que extrañamos la movida de San Miguel de Tucumán. Viajamos para ir al cine, al shopping y por otros entretenimientos que aquí no hay”.
“Dios me dio una oportunidad después del accidente. Ahora, cada vez que veo un choque en la ruta con víctimas fatales me pone muy mal, y al mismo tiempo me alivia saber que he tomado una buena decisión. Sólo volvería a vivir en San Miguel de Tucumán si no tuviera que viajar todos los días”, concluye Filgueiras, que es secretario judicial desde diciembre de 2011. Su primer trabajo en Concepción fue como relator.